TEMAS Venezuela
Opinión
del 29 de octubre al 4 de noviembre de 2010
Opinión
del 29 de octubre al 4 de noviembre de 2010
Viviendas a futuro ¿Y los inquilinos?
Maglene Sierraalta
¡Volvió el Comandante! Los venezolanos estuvimos pendientes de las informaciones acerca de los convenios firmados en la gira a Rusia, Medio Oriente, África y Portugal. Lo más esperado en el mundo inquilinario ha sido el tema de la vivienda. Hemos leído, con mucha atención, el recorrido urbanístico que hicieron en Irán: proyección a futuro para la solución de la problemática del déficit de viviendas en Venezuela. Para el Presidente Hugo Chávez la materia se ha convertido en un reto personal. Iniciar construcciones de inmediato dará garantía de techo social a los compatriotas damnificados y habitantes de barrios como Las Mayas; todo esto debemos celebrarlo.
Sin embargo, nosotros no podemos obviar lo que estamos viviendo en el presente; se sigue alimentando a la opulencia inmobiliaria; la campaña mediática azota el ambiente. Los inquilinos, en sus variados tipos, continúan en la incertidumbre al no poseer garantías de tenencia de viviendas. El gobierno tiene una deuda social con las familias desalojadas. Cuando un Tribunal ordena ejecutar un desalojo, a esa familia se le debe proponer una alternativa de vivienda; si no hubiera, no debería existir tal desalojo. Nuestro problema inquilinario es sencillamente porque no tenemos viviendas suficientes; todos lo sabemos, entonces vamos a hacer revolución al respecto.
Especulación en el cobro de alquileres, hacinamiento en habitaciones estudiantiles, pensiones, ranchos, apartamentos, casas viejas y anexos. Se denuncian y lo único que se les ocurre es ¡Hay que descongelar los alquileres! Como si el meollo fuese el congelamiento de arrendamiento en 708 edificios y la solución la liberación de las mismas. Eso no va a evitar que estudiantes, trabajadores y familias en general sigan viviendo en hacinamiento, subsistiendo en una habitación compartida, cuyo alquiler mensual de 600 y más bolívares fuertes hay que pagar con gran sacrificio. Mientras los diputados que aúpan la neoliberal medida de descongelamiento inmediato, no pensaron en una solución estructural al problema que generase una opción social para proteger al inquilino; ellos podrían ver sentados desde su poltrona como aumentarán más y más los alquileres de las habitaciones y apartamentos, sin remordimiento de conciencia socialista.
La Dirección de Inquilinato pudiera tener competencias más activas en materia de especulación. Una edificación vieja o bien llamada “chatarra”, con uso de alquiler, no puede continuar revalorizándose en el tiempo con el IPC y las plusvalías. Se deben analizar rentas justas, sin IPC.
Sin embargo, nosotros no podemos obviar lo que estamos viviendo en el presente; se sigue alimentando a la opulencia inmobiliaria; la campaña mediática azota el ambiente. Los inquilinos, en sus variados tipos, continúan en la incertidumbre al no poseer garantías de tenencia de viviendas. El gobierno tiene una deuda social con las familias desalojadas. Cuando un Tribunal ordena ejecutar un desalojo, a esa familia se le debe proponer una alternativa de vivienda; si no hubiera, no debería existir tal desalojo. Nuestro problema inquilinario es sencillamente porque no tenemos viviendas suficientes; todos lo sabemos, entonces vamos a hacer revolución al respecto.
Especulación en el cobro de alquileres, hacinamiento en habitaciones estudiantiles, pensiones, ranchos, apartamentos, casas viejas y anexos. Se denuncian y lo único que se les ocurre es ¡Hay que descongelar los alquileres! Como si el meollo fuese el congelamiento de arrendamiento en 708 edificios y la solución la liberación de las mismas. Eso no va a evitar que estudiantes, trabajadores y familias en general sigan viviendo en hacinamiento, subsistiendo en una habitación compartida, cuyo alquiler mensual de 600 y más bolívares fuertes hay que pagar con gran sacrificio. Mientras los diputados que aúpan la neoliberal medida de descongelamiento inmediato, no pensaron en una solución estructural al problema que generase una opción social para proteger al inquilino; ellos podrían ver sentados desde su poltrona como aumentarán más y más los alquileres de las habitaciones y apartamentos, sin remordimiento de conciencia socialista.
La Dirección de Inquilinato pudiera tener competencias más activas en materia de especulación. Una edificación vieja o bien llamada “chatarra”, con uso de alquiler, no puede continuar revalorizándose en el tiempo con el IPC y las plusvalías. Se deben analizar rentas justas, sin IPC.