martes, 11 de agosto de 2009

Subsidios habitacionales

TEMAS Venezuela
Opinión
del 7 al 13 de agosto de 2009


Subsidios habitacionales

Maglene Sierraalta

Llegó la hora de reiniciar debates sobre resultados obtenidos con los subsidios habitacionales entregados en los últimos 85 años a los constructores de urbanismos.

Diferentes gobiernos han concebido diversas formas de financiamiento a la construcción para tratar de “facilitar a los obreros pobres la adquisición de casas de habitación baratas e higiénicas”. Tal propósito tiene su raíz orientadora en la discriminación de dos sectores: el pobre y el rico.
Se estimula el ahorro en el sector medio, verdadero mercado cautivo del aporte habitacional, con el refuerzo del patrón. A través de los años, esos aportes han favorecido “a nosotros los pobres y ustedes los ricos”, dejando marginado al sector emergente profesional y técnico, creciente proletariado de la economía formal.
Se han establecido políticas públicas de viviendas y subsidios. Hemos visto a través de la historia desde el ahorro en el Banco Obrero (1928), pasando por un Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo, Programa Nacional de Vivienda Rural, Fondur, Inavi, programas de soluciones habitacionales de interés social dirigidos a subsidiar directamente la demanda de los pobres, Banco de los Trabajadores y Ley de Política Habitacional (1989) reformada en el Fondo de Ahorro Obligatorio de Vivienda, mejor conocido como Faov.
Sólo consiguieron llenar los cerros de miseria y agravar el sector medio. No se logró adecuar la oferta habitacional a la demanda efectiva. Continúa la disyuntiva entre lo ofertado y la capacidad de pago de los sectores sociales con necesidades insatisfechas de vivienda. Impera el mercado capitalista; la especulación engorda.
A mi modo de ver, los subsidios habitacionales, cuyo asiento son las teorías económicas neoliberalistas, en la praxis han fracasado. Por eso me atrevo a gritar parodiando a nuestro Libertador: ¿Es que 85 años no bastan para aprender que el único resultado ha sido la especulación y conversión de la vivienda en una mercancía capitalista?
Concluyo que el Faov es un “foulball”. Todo lo que aporte el Estado, como subsidio directo para el ciudadano, incrementará el costo final de la vivienda. Este ha sido el resultante y es una perogrullada.
Vemos elevaciones de edificios y centros comerciales construidos con cemento del pueblo y bloques socialistas. Edificaciones ofertadas en millardos lejos de los ingresos del sector medio asalariado.
Se requiere la revolución socialista aniquiladora del déficit habitacional. Tenemos a Chávez y exigimos más Hugos Chávez que demuestren el espíritu revolucionario generador de calidad de vida para los venezolanos y garantía de vivienda, desde el primer grito al nacer. Sería el mejor proyecto de orden público y social.