Todo 11 tiene su 13
Maglene Sierraalta
Guardo dos periódicos de alcance nacional desde hace 10 años. También tengo el Panorama del año 2003. Los guardo porque soy fiel creyente de que no podemos olvidar esos malévolos sucesos.
Aún recuerdo a uno de mis pequeños alumnos; me preguntó entonces “¿Profe: qué es culillo?“ Le expliqué el significado. Respondió: “¡Ah! Eso fue lo que sintió mi tío, ¡miedo!“
Personas como el tío de mi alumno aprendieron que, en esa marcha fascista, los habían engañado y utilizado como “carne de cañón” para ir a tumbar a un “Tirano de papel” que había sido electo con el VOTO democrático y legítimo de la gran mayoría de los venezolanos, quienes estaban cansados de tanta irresponsabilidad adeco-copeyana para con el país y sus ciudadanos.
El Pueblo mayoritario eligió a Chávez y, en aquél aciago momento, unos grupúsculos irrespetuosos de la Patria deseaban quitarlo del poder.
Evoco a la señora quien con gran fuerza gritaba: “¿Qué pasó con mi voto? Yo voté por Chávez y quiero que él esté en el poder!" Me sentí tan representada y caracterizada por esa señora que la impotencia del momento sólo me permitía decirle a los amigos y amigas que llamaban que había que ir a Fuerte Tiuna, ¡sin miedo!
Ver la reseña de la invasión a la Embajada de Cuba, el desafuero de aplastar un vehículo; volver a repasar como Capriles Radonsky penetra de forma ilegal, a través de una escalera a la embajada de Cuba, es abominable. Este tío, en el supuesto negado que ganase unas elecciones: ¡Cuida’o! ya nos mostró las garras.
Desde que tengo uso de razón me enseñaron que, según las leyes internacionales, una Embajada es territorio sagrado.
En una entrevista que le hacen a Chávez en el diario Panorama (11 abril 2003), en aquel momento, opinó que todo lo vivido en el golpe de abril 2012 “es parte de una batalla mundial”: la lucha contra el neoliberalismo.
Es así; tenemos una batalla contra ese neoliberalismo negado a perder, que no quiere admitir que está en los estertores de su vida y que los pueblos se levantan y levantan para terminar de ahogarlos. Necesario es socializar el capital; distribuir más equitativamente las riquezas entre los ciudadanos, no para las empresas.
Cuando relees la prensa, se observa que los fascitas golpistas no tenían ni tienen un proyecto de país. Sólo los guía la codicia de volver a colocar sus manos sobre la soberanía petrolera y los dólares que ésta genera. Para el “compañerito adeco-copeyano”: ¡miseria!
Venezuela es un país íncomodo para las grandes potencias. Somos soberanos y luchamos por nuestra independencia definitiva. La marca detrás de nuestra espalda desnuda, no la vamos a volver a aceptar. Ya lo dijo nuestro Libertador Simón Bolívar: ¡Venezuela es un Cuartel!
No soy yo, ni el del frente, ni el de al lado. Es la conciencia del Pueblo Soberano, asimilada desde hace 500 años, quien guiará nuestro destino.
Nuestro proyecto de Inquilinos Bolivarianos depende de nuestra actitud el 7 de octubre.
¡No debemos olvidar! Trasmitir remembranzas a las futuras generaciones es una obligación.
Maglene Sierraalta
Guardo dos periódicos de alcance nacional desde hace 10 años. También tengo el Panorama del año 2003. Los guardo porque soy fiel creyente de que no podemos olvidar esos malévolos sucesos.
Aún recuerdo a uno de mis pequeños alumnos; me preguntó entonces “¿Profe: qué es culillo?“ Le expliqué el significado. Respondió: “¡Ah! Eso fue lo que sintió mi tío, ¡miedo!“
Personas como el tío de mi alumno aprendieron que, en esa marcha fascista, los habían engañado y utilizado como “carne de cañón” para ir a tumbar a un “Tirano de papel” que había sido electo con el VOTO democrático y legítimo de la gran mayoría de los venezolanos, quienes estaban cansados de tanta irresponsabilidad adeco-copeyana para con el país y sus ciudadanos.
El Pueblo mayoritario eligió a Chávez y, en aquél aciago momento, unos grupúsculos irrespetuosos de la Patria deseaban quitarlo del poder.
Evoco a la señora quien con gran fuerza gritaba: “¿Qué pasó con mi voto? Yo voté por Chávez y quiero que él esté en el poder!" Me sentí tan representada y caracterizada por esa señora que la impotencia del momento sólo me permitía decirle a los amigos y amigas que llamaban que había que ir a Fuerte Tiuna, ¡sin miedo!
Ver la reseña de la invasión a la Embajada de Cuba, el desafuero de aplastar un vehículo; volver a repasar como Capriles Radonsky penetra de forma ilegal, a través de una escalera a la embajada de Cuba, es abominable. Este tío, en el supuesto negado que ganase unas elecciones: ¡Cuida’o! ya nos mostró las garras.
Desde que tengo uso de razón me enseñaron que, según las leyes internacionales, una Embajada es territorio sagrado.
En una entrevista que le hacen a Chávez en el diario Panorama (11 abril 2003), en aquel momento, opinó que todo lo vivido en el golpe de abril 2012 “es parte de una batalla mundial”: la lucha contra el neoliberalismo.
Es así; tenemos una batalla contra ese neoliberalismo negado a perder, que no quiere admitir que está en los estertores de su vida y que los pueblos se levantan y levantan para terminar de ahogarlos. Necesario es socializar el capital; distribuir más equitativamente las riquezas entre los ciudadanos, no para las empresas.
Cuando relees la prensa, se observa que los fascitas golpistas no tenían ni tienen un proyecto de país. Sólo los guía la codicia de volver a colocar sus manos sobre la soberanía petrolera y los dólares que ésta genera. Para el “compañerito adeco-copeyano”: ¡miseria!
Venezuela es un país íncomodo para las grandes potencias. Somos soberanos y luchamos por nuestra independencia definitiva. La marca detrás de nuestra espalda desnuda, no la vamos a volver a aceptar. Ya lo dijo nuestro Libertador Simón Bolívar: ¡Venezuela es un Cuartel!
No soy yo, ni el del frente, ni el de al lado. Es la conciencia del Pueblo Soberano, asimilada desde hace 500 años, quien guiará nuestro destino.
Nuestro proyecto de Inquilinos Bolivarianos depende de nuestra actitud el 7 de octubre.
¡No debemos olvidar! Trasmitir remembranzas a las futuras generaciones es una obligación.