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Venezuela
Opinión
del 28 de agosto al 3 de septiembre de 2009
Redes de InquilinosVenezuela
Opinión
del 28 de agosto al 3 de septiembre de 2009
Maglene Sierraalta
Durante los años 1991 a 1993 surgió un movimiento vecinal en Chacao, llamado por sus siglas Movecode: “Movimiento Vecinal contra los Desalojos”, precursores de la lucha contra la desigualdad entre propietarios e inquilinos en Venezuela. Los dueños reiniciaban la práctica del desalojo, para aumentar la renta o sencillamente derrumbar para construir el nuevo Chacao o Pequeña Manhattan que nacería bajo la tutela de la alcaldesa.
Se inició el calvario colectivo de los inquilinos. Un grueso número se enfrentó a los desalojos violentos y medidas preventivas de secuestros. Poco a poco se fue durmiendo el Movecode, escuchando cantos de sirena de un político de turno quien dio esperanzas de soluciones.
Al paso de la década, los arrendadores utilizaron sus músculos para unir los dispersos decretos que rigen la materia arrendaticia. Sus oponentes no tienen peso para defender reinvindicaciones. Al lograr una nueva Ley, aprobada en 1999 y vigente en el 2000, se inició una suerte de resoluciones de contratos a diestra y siniestra; rebosamiento de demandas en los Tribunales y el lógico incremento de inquilinos consignantes en el único Tribunal de Consignación para toda la zona metropolitana: el Tribunal 25º.
Declarada la emergencia habitacional, producto del deslave en Vargas, vaguada en el 2005, el gobierno subsidió la compra o arrendamientos de viviendas para los damnificados. Pero allí estaba el monstruo de mil cabezas: ¡capitalismo! Abrió sus fauces, se tragó el subsidio e incrementó el valor de los inmuebles.
A los arrendadores les estorban sus viejos inquilinos y deciden introducir resoluciones de contratos en masa. Aspiraban nuevos arrendatarios y nuevas rentas.
Los inquilinos desesperados solicitan ayuda al Alcalde Metropolitano del Distrito Capital, lo asedian para crear un proyecto con fines expropiatorios. Esto ayudaría a conservar la tenencia de la vivienda, sólo a los inquilinos que calificaban para esa asistencia, acudieron 417 edificios.
El Cabildo Metropolitano arrima el hombro y sugiere organizar una Red Metropolitana de Inquilinos que aglutinaría a los diferentes edificios que hicieron la solicitud de expropiación. Esta red, con el tiempo se fue dispersando en diferentes redes transformadas en otros movimientos parroquiales, incluyendo la Asociación Civil de Inquilinos Bolivarianos de Venezuela (Asocib).
Todas con criterios desiguales pero el mismo fin: lograr la tenencia de la vivienda habitada durante varias décadas.
Mensaje para la Jefa de Gobierno del Distrito Capital Jackeline Farías: estas redes excluidas solicitan ser escuchadas.