Publicado en el semanario
TEMAS Venezuela
OPINIÓN
del 17 al 23 de octubre de 2008
Maglene SierraaltaTEMAS Venezuela
OPINIÓN
del 17 al 23 de octubre de 2008
Un vecino me increpa muy molesto: “¡Politizaron el movimiento de los inquilinos!”
Despúes de hablar largo rato con él, le dije: “Sí, sí somos un movimiento político”. Ideológicamente hablando, somos un grupo de ciudadanos que estamos luchando por la consecución de la tenencia de la vivienda. Es nuestro objetivo.
Además, peyorativamente se nos considera pudientes, clase media, pequeños burgueses y sin conciencia política. Tenemos que desmontar esa imagen mediática, históricamente creada.
Yo diría que no hemos tenido guía; hemos avanzado por ensayo y error, envidiando al que poco hace. Si despertamos y adquirimos la conciencia necesaria, en base a que estamos en una lucha decisiva para definir el camino donde se minimizará la problemática de vivienda, estaremos llegando al llegadero.
La vivienda tiene un sólo camino: el social. Ella y el capital están divorciados. A través del capitalismo sólo vamos a satisfacer la especulación del inversionista quien, para salvaguardar sus intereses de la debacle económica, utilizó los inmuebles como escudo. Ahora pretende que los inquilinos y los futuros compradores de vivienda alimentemos y engordemos su capital.
Concientemente podemos expresar que, durante el gobierno bolivariano, se han creado políticas de vivienda dirigidas a satisfacer las necesidades del pueblo. Somos mayoría. Políticas orientadas a satisfacer el interés público y colectivo, pero, estas políticas han sido tímidas. Al parecer, se le ha temido al llamado Poder económico.
Nosotros, inquilinos, ¿Qué pretendemos en nuestra lucha? ¿Qué nos regalen la vivienda? ¡No!. Pretendemos que se nos reconozca nuestro Derecho a la tenencia de la misma, nuestro derecho a la Ciudad y tener un asiento de hogar para desarrollar nuestros hijos y nietos. Aspiramos la creación de un marco legal que proteja a la familia y se acelere la construcción de viviendas.
El 23 de Noviembre los inquilinos debemos salir a votar y decidir nuestro rumbo. El único sistema que nos permite soñar con la “casa bella”, a un precio asequible a nuestros ingresos familiares, es el Socialismo; es por ello que nuestro voto ya está enrumbado.
El inquilino que se niegue a creer en esta vía es porque tiene el modus vivendi suficiente para adquirir su vivienda y podrá satisfacer las aspiraciones del Capital. Es fácil vislumbrar que nuestra lucha es frontal.
Los inquilinos apenas comenzamos a luchar y esta lucha es muy larga.