miércoles, 21 de abril de 2010

Alquiler forzoso (II)

TEMAS Venezuela
Opinión
del 16 al 22 de abril de 2010


Alquiler forzoso (II)
Maglene Sierraalta

Tener un techo de abrigo es la preocupación más grande para cualquier ciudadano que desee proteger la familia.
El Comandante Presidente admite el problema que tenemos en viviendas. Acompañamos su planteamiento: “Sólo en Socialismo tendremos soluciones”. Está claro que el capitalismo neoliberal sólo ha traído fracasos en las políticas sociales de viviendas, adoptadas en las últimas nueve décadas por todos los gobiernos venezolanos.
Los propietarios, promotores, administradores y constructores inmobiliarios, en los últimos ocho años, han aumentado los precios de venta de forma inalcanzable, muy por encima de los salarios devengados por la suma de todos los integrantes de una familia.
Han optado por contraer los alquileres y detener de manera manifiesta la construcción de viviendas sociales; sólo construyen viviendas de lujo que luego quedarán vacías por ser incomprables.
Invirtieron en la compra de edificios viejos, sin condiciones modernas de habitabilidad, con la esperanza de venderlos a precio capitalista neoliberal porque tienen un mercado cautivo: los inquilinos.
A través de la prensa, todos los entes inmobiliarios retan al gobierno de no alquilar más, de mantener sus inmuebles desocupados, de no construir o paralizar las que están en curso porque no se les satisfacen sus aspiraciones capitalistas. De hecho, desocupan apartamentos y los dejan sin habitar y los que alquilan tienen cánones que sobrepasan los 3.000 bolívares fuertes mensuales más los 4 meses de depósito
El Pueblo necesita las viviendas primordialmente en las grandes ciudades, como la zona de la Gran Caracas.
Se debe redireccionar el enfoque que hasta ahora se le ha dado a la penuria de viviendas.
Ante el chantaje, hay que buscar soluciones de función social: el alquiler forzoso es un concepto probado en Europa, el cual podríamos evaluar y considerar ante la realidad de viviendas desocupadas o utilizadas en forma anómala. A través del gobierno, el Estado debe considerar la provisión de viviendas destinadas al alquiler como factor de acceso a la vivienda digna dentro de las políticas sociales de interés general. La propiedad privada también tiene que cumplir su función social.
Nuestra utopía: soñar con el excedente de viviendas en nuestra Patria, propio de un país que aspira elevar a 50 millones y más su población. ¡Así acabaremos con la especulación y las mafias!