lunes, 24 de noviembre de 2008

Caracas Ciudad Socialista

Publicado en el semanario
TEMAS Venezuela
OPINIÓN
Edición especial 20 de noviembre de 2008

Caracas Ciudad Socialista

Maglene Sierraalta


Muchos se sorprenderán, por la definición política del término, cuando citamos las siguientes ciudades socialistas: Tebas en el antiguo Egipto, Berlín en Alemania, Hanoi en Vietnam, Barcelona en España, Bogotá en Colombia y Volzhski en Rusia.


Están enmarcadas en el concepto de belleza
antes que el precio, ordenamiento de uso, sin segregación social, grandes áreas verdes, amplias arterias viales, diversidad y armonía en sus edificios. No se palpan las diferencias entre los barrios y la arquitectura; su paisaje urbano es armonioso.


La ciudad socialista tiene carácter igualitario
. Sus industrias la sustentan. Quedan aminoradas las distancias entre la vivienda y el trabajo. La vivienda no presenta desigualdades capitalistas. El transporte colectivo facilita el desplazamiento al centro de la ciudad y está equipado para manejar grandes masas de ciudadanos. Existen colegios, universidades, bibliotecas, mercados de alimentos, comedores compartidos, lavandería y baños colectivos, servicios de gas, agua potable, electricidad, telefonía, teatros, monumentos, conservación del patrimonio cultural, excelente disposición de basura y control de material reciclable.


Caracas ¿apta para vivir o para visitar?

Caracas, joven de 441 años, es una ciudad capitalista neoliberal. Necesitamos replantear la armonía de su urbanismo, incrementar los espacios verdes y limpiar sus cerros de edificaciones arbitrarias. Se encuentra rebosada de basura, calles y aceras sucias. Arterias viales colapsadas y llenas de huecos; espacio peatonal invadido por kioskos y arquitectura asimétricamente desdibujada entre edificios y numerosos conglomerados de viviendas construídas por quien decidió solucionar su problema personal.


El Centro no aguanta la masa que diariamente recorre sus calles. El transporte urbano superficial es insalubre e inseguro; a duras penas cumplen el Metro y sus autobuses.


Necesitamos políticas urbanas incluyentes para enrumbar a Caracas hacia la ciudad amable, alegre, justa, solidaria e igualitaria, que garantice nuestra convivencia y tolerancia entre los ciudadanos, tal como lo plantea Aristóbulo.


O sea, una Ciudad Socialista
en la que la política de planes de viviendas, con la participación comunitaria, incluya la desaparición definitiva de las zonas de alta vulnerabilidad, control gubernamental en la rentabilidad del suelo urbano y ¿por qué nó? el desplazamiento de oficinas gubernamentales hacia otras ciudades.