Publicado en TEMAS Venezuela
Opinión
del 15 al 21 de mayo de 2009
Opinión
del 15 al 21 de mayo de 2009
Carta de un propietario a Chávez
Maglene Sierraalta
Estimado Presidente, en 1960 llegué a este país tropical con una mano a’lante y otra atrás en la esperanza de resolver mi futuro. Cuando bajé del barco ví fuertes de plata en el piso; me dije: ¡No, Manolo, no te agaches a recoger! Has llegado a la mina dorada y los habrán de oro.
Con gran sacrificio, me dediqué a la explotación de inmuebles. Durante 49 años de mi vida me he asegurado de hacerme buenos clientes: Inquilinos.
He exigido a “Mis inquilinos” excelentes ingresos familiares, acordes para pagarme la renta que yo quiero. De ellos dependen mis ingresos mensuales, más el pago que debo hacer para honrar la hipoteca en el banco.
He sudado mucho para lograr mi propiedad privada; ésta me aseguró el futuro.
¡Fíjese en mi suerte! casi no tuve que invertir nada; el banco me otorgó el crédito en la confianza de mis inquilinos. Ellos son excelentes pagadores; tienen más de 35 años pagando religiosamente el alquiler. Alguno que otro se atrasa, pero no caen en mora.
Mis inquilinos y su familia trabajan para honrar mensualmente las deudas que tienen conmigo: alquiler, mantenimiento del edificio y cuotas extras. Además, tienen que pagar el consumo familiar de luz, aseo, gas, agua y teléfono.
¿Reparaciones internas en el apartamento? ¡que las hagan! Eso sí, las pagan ellos.
Por otro lado, siempre les recuerdo que no pueden tener más de un niño en el apartamento; las mascotas están prohibidas.
Señor Chávez: yo contribuyo con el país. Proveo viviendas familiares, con contratos de oficina, a cambio de percibir una renta mensual neta, libre de impuestos. No estoy obligado a declarar lo que realmente les cobro; por eso sólo les acepto efectivo y el recibo se los doy en papel blanco. El derecho de frente lo pagaré si vendo los apartamentos, aunque prefiero solicitar la prescripción.
Mantenimiento y conservación del inmueble: ¿Para qué?
A los inquilinos les gusta hacer ejercicio; bajan y suben las escaleras, llevan a cuestas sus bolsas de comida y pagan para que les suban los artefactos pesados. Disfrutan el ejercicio; mantienen la figura.
Mis hijos estudiaron en la UCV. En la IV les conseguí beca en el Mariscal de Ayacucho; estudiaron en USA, aprendieron inglés y se especializaron. Tanto así que el Tío Sam les pidió que se quedaran. Les dieron facilidades para empleo y vivienda.
Voy a vender los apartamentos; los edificios ya están viejos y daré preferencia a mis inquilinos. Eso sí, ¡la venta es al contado!
Fíjese señor Chávez que recuperaré el valor de mi dinero invertido originalmente, ya lo calculé con el INPC, ¿Depreciación? ¡NO! A mis inquilinos les gustan esos apartamentos.
Las rentas que percibí las invertí en el exterior. Adquirí otras propiedades para disfrutar mi vejez. Regreso a Europa.
asocib@gmail.com