TEMAS Venezuela
Opinión
del 16 al 22 de julio de 2010
Opinión
del 16 al 22 de julio de 2010
Protección a la familia inquilina
Maglene Sierraalta
En nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Capítulo V nos explica los Derechos Sociales y la protección que debe garantizar el Estado a la familia como asociación natural de la sociedad. Debemos entonces considerar a la familia como el núcleo de la sociedad.
Cuando recordamos los dantescos desalojos, ajustados a Derecho, que se han ejecutado por órdenes de los Tribunales, nos preocupamos porque dichos desalojos inician la disgregación de la familia y, lo que es peor, la acción de los secuestros, medida preventiva utilizada para que el inquilino entregue el inmueble, como si él se pudiera llevar el apartamento o la casa para otro lado.
En los desalojos se llevan los muebles en un camión a un depósito; la familia con sus hijos quedan en la calle y sin poder protestar porque viene la amenaza de entregarlos a la Lopna. Bajo este escenario descubrimos que se le da prioridad de protección a los muebles; la familia importa muy poco. El padre o la madre tienen que comenzar a buscar donde meterse y donde abrigar a sus menores hijos,
Tengo en mi mente un caso que ocurrió en la avenida San Martín: una pareja con un hijo fueron desalojados y tuvieron que ir a pensiones separadas; el muchacho tuvo que dormir bajo las gradas de un estadio, hasta que su entrenador se dió cuenta y se lo llevó a una casa mientras se arreglaba el problema. La mamá no aguantó tal penuria y falleció. ¿A cuántos inquilinos, producto de la presión, les han dado infartos, accidentes cerebro vasculares o están enfermos de cáncer o enfermedades crónicas?
En la campaña mediática, los propietarios de cientos de apartamentos, sus escribas y locutores, se presentan como ovejitas. Para ellos la vivienda ha sido una mercancía, no un bien social; siempre han explotado al arrendatario y si no le paga la renta, el inquilino va a la calle.
Ese es el pensamiento del capitalista y se comprende en el neoliberalismo, pero en el Sistema donde deseamos defender lo Social no se puede entender ni aceptar a la vivienda como una mercancía. La familia necesita la vivienda para tener el techo que le permita mantener la unidad y así poder desarrollar individuos sanos para la Patria.
Cuando recordamos los dantescos desalojos, ajustados a Derecho, que se han ejecutado por órdenes de los Tribunales, nos preocupamos porque dichos desalojos inician la disgregación de la familia y, lo que es peor, la acción de los secuestros, medida preventiva utilizada para que el inquilino entregue el inmueble, como si él se pudiera llevar el apartamento o la casa para otro lado.
En los desalojos se llevan los muebles en un camión a un depósito; la familia con sus hijos quedan en la calle y sin poder protestar porque viene la amenaza de entregarlos a la Lopna. Bajo este escenario descubrimos que se le da prioridad de protección a los muebles; la familia importa muy poco. El padre o la madre tienen que comenzar a buscar donde meterse y donde abrigar a sus menores hijos,
Tengo en mi mente un caso que ocurrió en la avenida San Martín: una pareja con un hijo fueron desalojados y tuvieron que ir a pensiones separadas; el muchacho tuvo que dormir bajo las gradas de un estadio, hasta que su entrenador se dió cuenta y se lo llevó a una casa mientras se arreglaba el problema. La mamá no aguantó tal penuria y falleció. ¿A cuántos inquilinos, producto de la presión, les han dado infartos, accidentes cerebro vasculares o están enfermos de cáncer o enfermedades crónicas?
En la campaña mediática, los propietarios de cientos de apartamentos, sus escribas y locutores, se presentan como ovejitas. Para ellos la vivienda ha sido una mercancía, no un bien social; siempre han explotado al arrendatario y si no le paga la renta, el inquilino va a la calle.
Ese es el pensamiento del capitalista y se comprende en el neoliberalismo, pero en el Sistema donde deseamos defender lo Social no se puede entender ni aceptar a la vivienda como una mercancía. La familia necesita la vivienda para tener el techo que le permita mantener la unidad y así poder desarrollar individuos sanos para la Patria.