TEMAS Venezuela
Opinión
del 13 al 19 de noviembre de 2009
Opinión
del 13 al 19 de noviembre de 2009
Edificios afectados de expropiación
Maglene Sierraalta
Los inquilinos tenemos cuatro años esperando respuesta sobre un tema y sólo hemos recibido los “Sonidos del Silencio”. Es un hecho congelado que afecta a espartanos y atenienses, no tiene tinte político y es una deuda social con el pueblo venezolano.
Existen más de seiscientas mil familias que sufren la penalidad de ser explotados como inquilinos.
Estos habitantes han sido relegados en todas las decisiones políticas que se han tomado en los planes y políticas de viviendas. No obstante, leemos y escuchamos declaraciones tranquilizadoras que van y vienen en boca del ministro Diosdado Cabello. Pero no sentimos fuerza contundente en esas palabras. Los inquilinos tienen dudas. ¿Otra vez promesas electorales?
En el año 2005 surgió el tema de las afectaciones de edificios para ser expropiados y luego ser vendidos a los inquilinos; han transcurrido cuatro años y alguno que otro comentario velado se escucha: “pagaron 17 edificios… sigamos esperando”
Se oyen murmullos sin seriedad. Comentan: “es que la solución es muy costosa; los inquilinos quieren que les regalen las viviendas”; “fíjate que el proyecto se llama dotación, eso es regalar”. ¡Cuanta carencia de conciencia social! A mi edad me pregunto ¿es que acaso en este país no se han adjudicado y/o regalado “ene” cantidad de viviendas? ¿Cuántas de estas personas han honrado con toda regularidad y honestidad la vivienda en cuestión? ¿Cuántas personas han sido beneficiadas con adjudicaciones y las han vendido o alquilado, en perjuicio de otras familias necesitadas? ¡Y ni hablar de las invasiones! Al menos los inquilinos se ajustan a derecho.
¿Cuál es la dificultad social para que una inquilina o inquilino, que lleve cuarenta años pagando alquiler, le sea asignada o adjudicada la vivienda en cuestión por la vía expropiatoria? ¿Es que no ha requetepagado esos metros cúbicos de aire?
Pero lo ofensivo no es sólo el silencio ante los inquilinos; lo que indigna es que digan: “¡Es muy costosa la solución!” ¿Costoso? Nos afirman todos los días que somos propietarios de 316 mil millones de barriles de petróleo, poseemos 147 billones de piés cúbicos de gas y nuestras reservas internacionales están en 39 mil millones de dólares. Somos dueños de cualquier cantidad de minerales ¿y no podemos comprar la vivienda que habitamos? Ni Dios convencerá de que la solución es costosa.
Costoso es lo que no se puede adquirir y en Venezuela existen medios económicos para lograr la solución de las 417 edificaciones y más envueltas en el problema.
Los inquilinos de vieja data desean créditos blandos e instrumentos legales para comprar, a un valor real, las viviendas que ya habitan.
Existen más de seiscientas mil familias que sufren la penalidad de ser explotados como inquilinos.
Estos habitantes han sido relegados en todas las decisiones políticas que se han tomado en los planes y políticas de viviendas. No obstante, leemos y escuchamos declaraciones tranquilizadoras que van y vienen en boca del ministro Diosdado Cabello. Pero no sentimos fuerza contundente en esas palabras. Los inquilinos tienen dudas. ¿Otra vez promesas electorales?
En el año 2005 surgió el tema de las afectaciones de edificios para ser expropiados y luego ser vendidos a los inquilinos; han transcurrido cuatro años y alguno que otro comentario velado se escucha: “pagaron 17 edificios… sigamos esperando”
Se oyen murmullos sin seriedad. Comentan: “es que la solución es muy costosa; los inquilinos quieren que les regalen las viviendas”; “fíjate que el proyecto se llama dotación, eso es regalar”. ¡Cuanta carencia de conciencia social! A mi edad me pregunto ¿es que acaso en este país no se han adjudicado y/o regalado “ene” cantidad de viviendas? ¿Cuántas de estas personas han honrado con toda regularidad y honestidad la vivienda en cuestión? ¿Cuántas personas han sido beneficiadas con adjudicaciones y las han vendido o alquilado, en perjuicio de otras familias necesitadas? ¡Y ni hablar de las invasiones! Al menos los inquilinos se ajustan a derecho.
¿Cuál es la dificultad social para que una inquilina o inquilino, que lleve cuarenta años pagando alquiler, le sea asignada o adjudicada la vivienda en cuestión por la vía expropiatoria? ¿Es que no ha requetepagado esos metros cúbicos de aire?
Pero lo ofensivo no es sólo el silencio ante los inquilinos; lo que indigna es que digan: “¡Es muy costosa la solución!” ¿Costoso? Nos afirman todos los días que somos propietarios de 316 mil millones de barriles de petróleo, poseemos 147 billones de piés cúbicos de gas y nuestras reservas internacionales están en 39 mil millones de dólares. Somos dueños de cualquier cantidad de minerales ¿y no podemos comprar la vivienda que habitamos? Ni Dios convencerá de que la solución es costosa.
Costoso es lo que no se puede adquirir y en Venezuela existen medios económicos para lograr la solución de las 417 edificaciones y más envueltas en el problema.
Los inquilinos de vieja data desean créditos blandos e instrumentos legales para comprar, a un valor real, las viviendas que ya habitan.