Maglene Sierraalta
Caracas 17/01/2011.- Se nos insiste en que debemos tener claramente identificado al enemigo. Los inquilinos saben quiénes son sus enemigos: los “caseros propietarios”.
Los “otros”, no son enemigos, son simples rivales excluyentes con ínfulas de protagonismo y un entendimiento distorsionado de lo que debe ser el Socialismo.
Los propietarios se dedican libremente a acosar, amenazar, enjuiciar a sus inquilinos para preparar el desalojo. Aparte realizan ofertas de ventas engañosas.
El inquilino no cuenta con instituciones a quien acudir a la espera de resultados favorecedores, el ruleteo es normal.
Los caseros abusan, se dedican a cortar la electricidad y el agua al apartamento cuestionado. No entendemos como Corpoelec, empresa con competencias en electricidad, permite que se le corte la luz a un titular de cuenta solvente y cuando se les llama para que atiendan el reclamo, el funcionario se limita a decir simplemente que no fue la empresa. ¿Quién responde ante el abuso? se paga el recibo mensual y un casero cualquiera se da el lujo de cortar la luz a una familia que está solvente y ¡no pasa nada!
El inquilino comienza un peregrinaje de denuncias, el funcionario de turno comienza a ruletear: “vaya al Indepabis, Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, Dirección de Inquilinato, Junta Parroquial”. En conclusión: las instituciones no responden y el inquilino sigue en su debilidad jurídica. El propietario tiene la inmoralidad como corona.
En la foto mostramos como a un apartamento, identificado con el número 23, además de cortarle la luz, se le ha incomunicado la tubería de agua para presionar a la familia inquilina al desalojo. Dos servicios vitales ¿violación de los derechos humanos o simplemente un delito? ¿Dónde ocurre esa arbitrariedad? En Caracas en una urbanización clase media. La propietaria es más fuerte que cualquier institución a la que se ha acudido a presentar la denuncia, nadie puede con esa casera que debería ir presa por ejercer la justicia con sus propias manos.
¿Debemos los inquilinos seguir apegados a las leyes, mientras los propietarios abusan fuera de ley?
Los “otros”, no son enemigos, son simples rivales excluyentes con ínfulas de protagonismo y un entendimiento distorsionado de lo que debe ser el Socialismo.
Los propietarios se dedican libremente a acosar, amenazar, enjuiciar a sus inquilinos para preparar el desalojo. Aparte realizan ofertas de ventas engañosas.
El inquilino no cuenta con instituciones a quien acudir a la espera de resultados favorecedores, el ruleteo es normal.
Los caseros abusan, se dedican a cortar la electricidad y el agua al apartamento cuestionado. No entendemos como Corpoelec, empresa con competencias en electricidad, permite que se le corte la luz a un titular de cuenta solvente y cuando se les llama para que atiendan el reclamo, el funcionario se limita a decir simplemente que no fue la empresa. ¿Quién responde ante el abuso? se paga el recibo mensual y un casero cualquiera se da el lujo de cortar la luz a una familia que está solvente y ¡no pasa nada!
El inquilino comienza un peregrinaje de denuncias, el funcionario de turno comienza a ruletear: “vaya al Indepabis, Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, Dirección de Inquilinato, Junta Parroquial”. En conclusión: las instituciones no responden y el inquilino sigue en su debilidad jurídica. El propietario tiene la inmoralidad como corona.
En la foto mostramos como a un apartamento, identificado con el número 23, además de cortarle la luz, se le ha incomunicado la tubería de agua para presionar a la familia inquilina al desalojo. Dos servicios vitales ¿violación de los derechos humanos o simplemente un delito? ¿Dónde ocurre esa arbitrariedad? En Caracas en una urbanización clase media. La propietaria es más fuerte que cualquier institución a la que se ha acudido a presentar la denuncia, nadie puede con esa casera que debería ir presa por ejercer la justicia con sus propias manos.
¿Debemos los inquilinos seguir apegados a las leyes, mientras los propietarios abusan fuera de ley?