viernes, 1 de mayo de 2009

El arrendamiento

TEMAS
Venezuela
Opinión
publicado del 1º al 7 de mayo de 2009

El arrendamiento

"La fuerza ha hecho los primeros esclavos,
su cobardía los ha perpetuado"
Rousseau


Maglene Sierraalta

Históricamente la escasez de viviendas, fruto de la emigración del campesino a las ciudades, agudizada por el incremento poblacional, sea por desplazamientos migratorios extranjeros u otras causas, han obligado a los gobiernos a tomar medidas extraordinarias encaminadas a proteger a los arrendatarios (inquilinos) contra los desalojos y aumentos abusivos del alquiler.
Las leyes se han direccionado hacia la protección del inquilino. Esto ha generado tres tipos básicos de arrendamiento los cuales podemos bautizarlos como temporales: hoteles, pensiones, habitaciones, residencias estudiantiles, anexos; protegidos: asiento de hogar familiar y, los especialmente protegidos: adultos mayores, madre embarazada, niños y adolescentes, padre sólo con sus hijos.
En Venezuela, regula esta materia la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), Código Civil, otros Códigos y Leyes concordantes, más el Decreto-Ley de Arrendamientos Inmobiliarios (2000) el cual adolece de fallas graves en materia de protección social.
Esta última versión de ley arrendaticia menospreció al débil jurídico y dio amplia protección al inversionista terrófago y latifundista; al vampiro que aprovecha edificaciones chatarras para comprar a “precios de gallina flaca” y desangrar al inquilino, cuando trata de venderle “a precio de diamante”. Todo bajo el escudo protector de la ley de arrendamientos que “satisface sus aspiraciones”.
Ahora, como si estuviesen encadenados unos con otros, pretenden iniciar de nuevo la serie de demandas de desalojos para dejar a la interperie y en desamparo a las familias inquilinas ante el abusivo, aberrante y especulativo incremento del monto de los cánones de alquileres que sobrepasan el 70% de los ingresos familiares promedio.
A Venezuela no la ha golpeado directamente la crisis mundial, gracias al Gobierno Bolivariano, quien ha tomado y sigue tomando previsiones para que la población venezolana no sufra los embates de la misma. Debemos tomar previsiones en materia de vivienda: bien sea el alquiler o los pagos de condominios.
Sin embargo, los “terrófagos vampiros latifundistas” insisten en creer que la población inquilinaria debe mantenerlos y pagar sus caprichos.
Según los dueños de inmuebles la crisis es para los demás, los inquilinos deben seguir siendo sus esclavos y trabajar para pagarles lo que ellos deseen.
Habrá que recordar a Juan Jacobo Rousseau: “La fuerza ha hecho los primeros esclavos, su cobardía los ha perpetuado”. ¡No seremos esclavos!
Tenemos a Chávez, sus enseñanzas, sus ideales y su amor. Confiamos en que nos guiará en la solución de este abusivo problema inquilinario.