miércoles, 13 de agosto de 2008

Especulación del suelo urbano

Publicado en el semanario TEMAS de Venezuela
Opinión
del 8 al 14 de agosto de 2008

Maglene Sierraalta


Los hombres no son más que arrendatarios, “Las tierras no se podrán vender a perpetuidad y sin limitación, porque la tierra es mía y vosotros soís en lo mío: huéspedes y extranjeros” (Levitico 25, 23).

¿De quién es la tierra? En el sistema socialista del pueblo de Libia, ilustra el Libro Verde de Muammar El Gadhafi: “La Tierra no es propiedad de nadie. Sin embargo, cada cual tiene derecho a explotarla para su propio beneficio, mediante su labranza, cultivo y regadío, a lo largo de toda su vida y la de sus herederos, en la medida de su esfuerzo personal –es decir, sin emplear a otros con o sin sueldo- y la satisfacción de sus necesidades”

La propiedad del suelo urbano es uno de los temas más controversiales en los movimientos sociales. El valor dado por el Capital, como una “mercancía de engorde”, siempre irá en contradicción con los valores sociales de un pueblo necesitado de la tierra para su alimentación, sustento y vivienda.

Nuestra Constitución (CRBV 1999), art. 307, asegura que: “El régimen latifundista es contrario al interés social”.

El latifundio urbano existe. Es uno de los factores de la penuria de la vivienda. El único latifundio que sufrimos los venezolanos no es el latifundio del campo. Sin interés social no hay Socialismo, y no vemos avances significativos en lo social en materia de suelo urbano. El Capital aún nos carcome.

Un apartamento cuesta hoy cinco veces más que hace cinco años. Su tasa de crecimiento del valor es del 75% anual. Más del triple de la inflación.

Según los expertos, el precio del suelo, en cada vivienda, representa un 60% del valor final. ¿Por qué ha de asociarse el suelo como “mercancía de engorde”, a una situación espacial beneficiada gracias a las plusvalías concedidas por el gobierno de turno?

El Estado venezolano parece carecer de políticas coherentes que combatan la especulación inmobiliaria. La escasez de viviendas no brinda oportunidades a los millones de familias necesitadas de un lugar digno donde desarrollarse. Es urgente actuar según el art. 86 de nuestra carta magna, que establece con claridad que la vivienda es “un servicio público de carácter no lucrativo”.

¿Tiene Venezuela un Banco de datos de tierras, edificios y casas? ¿Se conoce cuántas manos se han apropiado del suelo? Esperemos no llevarnos la sorpresa de España donde sólo tres personas acaparan 7,4 millones de metros cuadrados de suelo urbano.